Las proteínas son moléculas poliméricas de
gran tamaño formadas por largas cadenas de monómeros denominados aminoácidos,
que son las unidades estructurales de estos polipéptidos. Estas unidades están
compuestas por átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, pero además contienen
nitrógeno y algunas tienen azufre.
Las uniones de los aminoácidos se conocen
como enlaces peptídicos. La estructura de las proteínas se clasifica en primaria, secundaria, terciaria y cuaternaria. La estructura primaria es
la forma de organización básica de las proteínas en cadenas lineales de
aminoácidos unidos por enlaces peptídicos; En la estructura secundaria la
cadena gira o se pliega como una hélice Q como una hoja plegada. La estructura
terciara consiste en enrollamientos más complejos que pueden dar lugar a
polipéptidos con formas globulares y compactas o formas alargadas y fibrosas.
Finalmente, la estructura cuaternaria se produce por la unión de varios
polipéptidos con estructura terciaria.
Las proteínas tienen numerosas funciones
debido a su compleja estructura:
Función estructural: las proteínas forman estructuras fuertes como los tendones, los cartílagos o los huesos. Algunas proteínas estructurales son el colágeno y la elastina de la piel, la queratina del pelo y las unas, entre otras.
Función de movimiento y contracción: proteínas como la actina y la miosina hacen parte de las fibras musculares que permiten el movimiento.
Función de transporte: algunas de las proteínas que intervienen en el transporte de sustancias dentro del organismo son la hemoglobina, que transporta el oxígeno en la sangre hacia todas las células del cuerpo; las permeasas, que ayudan a formar poros en la membrana para el paso de moléculas; la transferrina, que transporta hierro; y las lipoproteínas que transportan los lípidos en la sangre.
Función de reserva energética: algunas proteínas con grupos fosfatos pueden almacenar energía química en sus enlaces, como la albúmina del huevo, la caseína de la leche o el gluten del trigo.
Función de defensa: las inmunoglobulinas o anticuerpos son proteínas especializadas en la defensa del organismo que nos protegen de virus, bacterias o agentes extraños.
Función hormonal: algunas proteínas son hormonas, las cuales se encargan de regular diversos procesos en los organismos. Por ejemplo, la insulina y el glucagón son proteínas que regulan la cantidad de glucosa en la sangre.
Función enzimática: otras proteínas funcionan como biocatalizadores que controlan reacciones metabólicas. Por ejemplo, la catalasa, que degrada el peróxido de hidrógeno que es tóxico para las células.
Función estructural: las proteínas forman estructuras fuertes como los tendones, los cartílagos o los huesos. Algunas proteínas estructurales son el colágeno y la elastina de la piel, la queratina del pelo y las unas, entre otras.
Función de movimiento y contracción: proteínas como la actina y la miosina hacen parte de las fibras musculares que permiten el movimiento.
Función de transporte: algunas de las proteínas que intervienen en el transporte de sustancias dentro del organismo son la hemoglobina, que transporta el oxígeno en la sangre hacia todas las células del cuerpo; las permeasas, que ayudan a formar poros en la membrana para el paso de moléculas; la transferrina, que transporta hierro; y las lipoproteínas que transportan los lípidos en la sangre.
Función de reserva energética: algunas proteínas con grupos fosfatos pueden almacenar energía química en sus enlaces, como la albúmina del huevo, la caseína de la leche o el gluten del trigo.
Función de defensa: las inmunoglobulinas o anticuerpos son proteínas especializadas en la defensa del organismo que nos protegen de virus, bacterias o agentes extraños.
Función hormonal: algunas proteínas son hormonas, las cuales se encargan de regular diversos procesos en los organismos. Por ejemplo, la insulina y el glucagón son proteínas que regulan la cantidad de glucosa en la sangre.
Función enzimática: otras proteínas funcionan como biocatalizadores que controlan reacciones metabólicas. Por ejemplo, la catalasa, que degrada el peróxido de hidrógeno que es tóxico para las células.
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